Para la Policía se trató de un intento de robo de dos motociclistas que recibieron impactos de bala por parte de uno de los escoltas del dirigente del municipio de Urabá e integrante de la Policía Nacional, cuando quisieron despojarlo de su teléfono celular.
“Transitaba en un taxi junto a otras dos personas, cuando fue abordado por los motociclistas que esgrimieron un arma de fuego. Los acompañantes son parte del esquema de seguridad y reaccionaron oportunamente neutralizando a estos dos delincuentes. Por la ventanilla del vehículo, al parecer intentaron hurtarle su celular”, explicó el coronel Diego Vásquez, comandante
¿Era un sicariato?
La hipótesis de las autoridades riñe con la versión del alcalde de Vigía del Fuerte, Manuel Enrique Cuesta Boija, quien le manifestó que no escuchó a los delincuentes exigirle la entrega de su celular. Para él, se pudo tratar de un caso de sicariato, aunque la evidencia del juguete bélico hace distante esa posibilidad. Lo que no trascendió es si los agresores eran más de dos y, por ende, otros escaparon. En la escena quedaron dos motos que presuntamente eran conducidas por John Alejandro Velásquez García, el joven de 19 años quien falleció en la Clínica Saludcoop, y por el adolescente de 16 años J.P.E.B., quien permanecía bajo observación médica ente operativo de la Policía Metropolitana.
El oficial aclaró que luego de revisar el revólver que llevaban los agresores, constataron que era de fulminantes. Al respecto, dijo que “era un juguete, pero en el momento de la reacción, de la tensión, hay que salvaguardar la vida del funcionario.
“Cuando el taxi frenó en el semáforo, se me acercó una moto por el lado izquierdo de la silla trasera y ahí me apuntaron por la ventana, sobre el vidrio porque yo lo tema arriba; en ese momento le preguntó al conductor de la motocicleta que si me disparaba y ahí reaccionó uno de mis escoltas, impactándolo a él (a quien le apuntaba) y al conductor de la moto. Sonaron dos disparos. Ellos no me exigieron nada; entonces como yo vengo recibiendo llamadas de amenazas hace año y medio, los escoltas obviamente reaccionaron ante esa situación”, manifestó el dirigente, quien, además, aclaró que el celular sí lo llevaba en la mano pero no lo estaba manipulando cuando llegaron los agresores.
El alcalde se encontraba en Medellín desde el pasado miércoles por compromisos con la Gobernación de Antioquia y cuando ocurrió este incidente se dirigía hacia su residencia, en Belén, tras haber pasado la tarde en un centro comercial del centro
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