Amante de las ciencias sociales y las naturales, Victoria disfruta del colegio en el que está actualmente. No pensó en tirar la toalla ante el acoso de algunas de sus compañeras de clase. “Asistía a las clases normalmente. Estudiaba y cumplía con las tareas”, recuerda. No tiene certeza, cree que el acoso de sus compañeras era porque sobresalía académicamente.
No denuncio.
asegura.
La alternativa, cuando compartió con sus padres la situación, fue buscar otras instituciones educativas ante la escasa ayuda que recibieron por parte de las directivas del colegio. Y tras el paso por dos instituciones, una en Montería (Córdoba) y otra más en Medellín, aterrizó en una tercera donde “estoy feliz, me siento muy bien recibida”. Se arrepiente
Victoria estuvo a punto de repetir la historia que ella vivió. “Una vez hice algo contra una compañera. Me estaba empezando a aprovechar de ella, la veía muy indefensa, era como ‘la cachorra’, con la llaman hoy en día, entonces la ponía a hacerme cosas, para mí. Me di cuenta de que estaba agrediendo de la misma manera que lo hizo conmigo. Fui consciente de eso, por eso le pedí disculpas y no lo volví a hacer”, narra. Esa reacción a tiempo permitió que Victoria tenga una gran amiga en la joven que empezó a acosar. El silencio es el que debe quedarse a un lado en un caso de estos, por eso el consejo de esta joven que sufrió de bullying es hablar.
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