Regadas por los alrededores de la placa polideportiva de la Universidad de Medellín quedaron, por lo menos, 150 toneladas de agua que formaban parte de las donaciones que iban destinadas a los afectados por las sequías en La Guajira.
“Unos estudiantes nos llamaron y nos dijeron que estaban botando el agua. Apenas fuimos, alcanzamos a ver a algunas personas que estaban destrozando las bolsas. Cuando les preguntamos, solo nos respondieron que era orden de los directivos de la Universidad, que necesitaban el espacio para un evento deportivo”, explicó Ana María Zapata, integrante del colectivo Amigos Construyendo País. El líquido derramando, avaluado por quienes lo recolectaron en 42 millones de pesos, estaba almacenado desde hace un mes para ser enviado al norte del país, pero que por problemas logísticos no se pudo.
No era apta para consumo
“Nosotros tomamos la decisión de destruir esa agua porque después de unos estudios que hizo la Facultad de Ingeniería Ambiental se encontró que parte de esta no estaba en condiciones de ser consumida porque estuvo más de un mes almacenada en condiciones poco aptas. Además, era un espacio que iba a ser ocupado por pocos días y ya lleva más de un mes”, indicó Stella Sabá, vicerrectora administrativa y financiera de la Universidad de Medellín.
Sobre la permanencia por tanto tiempo del agua en este centro universitario, los organizadores de la campaña aseguraron que las condiciones logísticas para retirarla no fueron las mejores.
No dejaron ingresar
“Fuimos una vez con un tractocamión y nos dijeron que no lo podíamos ingresar porque estaban muchos carros parqueados. Después, un domingo por la mañana, no nos dejaron ingresar. En fin, siempre nos pusieron muchas trabas para retirarla”, explicó la organizadora.
Sin embargo, desde la Universidad indicaron que si esas situaciones se presentaron fue por problemas de comunicación y no de disposición de la institución. La vicerrectora comentó que “lo que hubo fue una completa falta de comunicación. Todo lo hacíamos a través de un enlace y si esta persona lo autorizaba, se le entregaba el agua, pero no podemos permitir tampoco que todo el mundo entre libremente por la Universidad”.
Al cierre de la edición, directivas de la Universidad y organizadores de la campaña buscaban alternativas para disponer de esta agua y así evitar que se botaran las otras 50 toneladas que estaban almacenadas en botellones, principalmente.
La Universidad de Medellín era actualmente el punto de acopio en el que aún había agua para enviar a La Guajira. “En estos momentos tenemos unos litros almacenados en la iglesia de La Consolata, pero ya hemos mandado más de 15 camiones”, dijo Ana María Zapata, integrante del colectivo Amigos Construyendo País.
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