Sí se puede vivir de una tienda.

La mejor definición de lo que es un tendero la dio hace unos días el director de estudios económicos de Fenalco Y es que según estudios de Fenalco, el 54% de los colombianos prefieren las tiendas de barrio a los grandes supermercados. Según esta entidad, las tiendas están lejos de perder la guerra que le declararon las grandes marcas (almacenes de cadena) que optaron por montar pequeños supermercados en sectores populares.

Hasta el año pasado, sólo en Cali había 5.275 tiendas de barrio, según el censo de Infocomercio realizado por Servinformación. Eso quiere decir que el 29% de los pequeños negocios que se emprenden en los sectores populares son tiendas.

Rigoberto López, dueño de la tienda Caranday en el barrio Los Álamos, dice que la gente prefiere las tiendas porque se consigue de todo y porque tienen la posibilidad de comprar al día y gastar solo 10 mil pesos. Y Liz Rojas, quien tiene una tienda dentro de su apartamento en una unidad residencial en
el norte de Cali, asegura que como madre cabeza de familia lo mejor fue haber montado una tienda. “Tengo a mis hijos y tengo mi trabajo. La tienda me da para la cuota del apartamento, para el estudio de mis hijos, para los servicios y para la comida”. Otros tenderos consultados, al igual que Liz y Rigoberto, coinciden en afirmar que cuando se tiene clientes buenos el crédito se convierte en un modelo importante para mantener sus negocios.

Algunos consumidores como Susana Pérez, aseguran que las tiendas están menos lejos y ahora han mejorado porque están surtidas casi igual que los supermercados. Según Fenalco, las tiendas distribuyen el 62% de los alimentos que se comercializan en el territorio nacional. Sin duda, son las preferidas en los hogares. Una tienda da para pagar arriendo, para comer, para la salud y el estudio, según Liz Rojas, Tendera en Los Alamos