Policías Activos fueron cadenados por Secuestro.

A análisis de un juez quedó la condena que recibirán dos de los tres patrulleros de la Policía que están siendo judicializa-dos por haber secuestrado y amedrentado a una pareja de esposos y al hijo menor de edad de esta para extorsionarlos, en el barrio Pérez, de Bello.

John Mario Ospina González, de 33 años, y Milton Alejandro Pérez González, de 30, reconocieron su culpa mediante la figura de preacuerdo con la Fiscalía, mientras que José Luis Moná Bedoya, de 32 años, no aceptó y sigue inm

erso en el proceso en el que busca demostrar su inocencia. En el consenso con el organismo investigador se presentaron las bases para tasar el tiempo de la condena, que debe ser determinado por el Juzgado Segundo Penal Especializado de Medellín. En el escrito de acusación expuesto por la Fiscalía se solicitó que la pena estuviera entre 28 y 40 años, tiempo que no podría tener rebajas a pesar de que reconocieron los cargos, porque dentro de las víctimas hay un menor de edad y la ley colombiana prohibe ese beneficio en estos casos.
patrulleros codenados

A buscar el dinero


Según la investigación de la Fiscalía, el 28 de diciembre de 2013, a la 1:00 de la tarde, Ospina, Pérez y Moná llegaron sin sus uniformes policiales a la carrera 53 con calle 50 a bordo de un carro particular Renault Clio gris y una moto Yamaha Líbero de placa XPR93C. Allí abordaron al padre de la familia cuando este se bajó de su automóvil, lo tomaron del cuello y lo empujaron para obligarlo a ingresar con ellos a su vivienda. “Una vez estuvieron en el interior de la casa (Sic) comenzaron a presionarlo exigiéndole el suministro de veinte millones de pesos, a cambio de no atentar contra su
integridad y la de su familia, advirtiéndole que de no acceder a esas exigencias ‘se los alzarían’ (los matarían)”, fue lo que expuso la fiscal 19 especializada de Medelllín. Luego, Moná Bedoya habría salido con la madre hacia una entidad bancaria para conseguir el dinero.

 Los otros dos hombres permanecieron en la residencia con el padre y su hijo. Sin embargo, alguien se había percatado de la forma violenta en que abordaron al papá en la calle e informó a la Policía, por lo que patrulleros del cuadrante fueron hasta la residencia. Pero las víctimas ya habían sido advertidas de las consecuencias de delatarlos y se limitaron a decir que los intrusos eran sus amigos.

La mujer volvió cuando la patrulla ya se había ido y no llevaba consigo el dinero porque ese sábado decembrino la sucursal bancaria estaba cerrada. Los agresores continuaron con la presión y por eso ella volvió a salir, esa vez en compañía de su hijo y de Moná, para retirar billetes de un cajero. Obtuvo del cajero $1’800.000, los cuales entregó, pero las amenazas continuaron a través de llamadas telefónicas y mensajes de texto para que diera otros $20’000.000. El padre decidió denunciar ante el Gaula, los patrulleros fueron detenidos y hoy dos de ellos reconocieron que deshonraron sus uniformes y se convirtieron en delincuentes, por lo que les esperan largas temporadas en prisión.


Publicar un comentario

0 Comentarios