Ollas de vicio en el centro serán expropiadas por el estado.

El olor es penetrante y causa náuseas. Se percibe en el interior de un inmueble medio demolido que alguna vez fue conocido como ‘la olla de doña Rosa’, según un hombre de 40 años que la frecuentaba y que actualmente vive allí.

Ayer, en la mañana, se mezclaba el aroma del paso del tiempo con el de excremento seco de perros y humanos, rastros viejos de orina, una quebrada putrefacta que pasa por debajo del lugar y basura que aún hay allí.

Esa propiedad, ubicada en la carrera 50 No 67-86, en el sector ‘Lovaina’, de Medellín, fue intervenida hace varios meses por las autoridades, que destruyeron las paredes para evitar que siguiera siendo ‘nido’ de consumidores de droga de estrato 0.

ollas de vicio“Hace tiempo, acá vendían vicio y la Policía se metió y cogieron una caleta de ‘padre y señor mío’.
Fue exagerado lo que encontraron. A mí me dejan dormir acá con la condición de que no consuma drogas y mantenga esto medio limpio. La doctora de la Fiscalía vino el fin de semana y me dijo que me veía muy bien, que no parecía un loco”, dice el cuarentón, que se hace llamar ‘Celio’ y quien asegura haber probado su primer ‘pucho’ de marihuana a los 13 años.

A extinción

El pasado fin de semana, lo que queda de esa casa fue ocupado nuevamente por las autoridades, pero esta vez con el objetivo de realizar el trámite respectivo para entrar en un proceso de extinción de dominio en la Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE).

Lo mismo ocurrió con un ‘hotelucho’, un edificio de tres pisos y una bodega ubicados en el centro de Medellín, que también eran ‘ollas’. Además, fue ocupada con el mismo objetivo, la casa principal de una finca ubicada en el corregimiento San Cristóbal, donde, según el general José Ángel Mendoza, la Odín ‘Robledo’ tenía un laboratorio de procesamiento de estupefacientes.


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