Según un informe de Migración Colombia, es precisamente Medellín el sitio de acopio obligado para los inmigrantes ilegales que buscan llegar a Urabá para pasar a Centroamérica, en un recorrido que puede durar más de seis meses y que en muchas ocasiones termina frustrado en Turbo o en Apartadó, incluso en la paradisíaca Capurganá, donde son capturados por la Policía o son abandonados por los ‘coyotes’ a su suerte.
Esto, en un buen caso, cuando no son desechados en infernales travesías en la selva, intentando cruzar el Tapón del Darién hada Panamá o en alta mar. El más reciente caso fue descubierto el miércoles pasado. En un retén de rutina, la Policía de Urabá descubrió a 15 inmigrantes ilegales que iban en un bus de servicio público que hacía la ruta entre Medellín y Apartadó. Los uniformados detuvieron el vehículo en el sector de El Reposo, pero al ver los rostros de algunos de los pasajeros, notaron que poco tenían de turistas. “Uno aprende a reconocerlos. Hace una pregunta sencilla, responden con señas.
Los cubanos, por ejemplo, se quieren hacer pasar por costeños pero se ponen en evidencia fácilmente”, advierte un agente de Policía de Turbo, que ya ha te nido experiencia en este tema. Fueron 15 inmigrantes los retenidos el miércoles. Ocho de ellos de origen cubano y siete más, de
Bangladesh. En el caso de estos últimos, el viaje comenzó hace meses. Varios de ellos salieron desde Daka, la capital de Bangladesh en el sur de Asia, y de alguna forma llegaron a Ecuador en un viaje de unos 17.300 kilómetros, pasando tres continentes y el océano Atlántico.
Según Migración Colombia, desde Ecuador emprenden un nuevo viaje cruzando ilegalmente la frontera con Colombia hasta Ipiales o Cali, de donde se desplazan a Medellín. Ahí, guiados por sus ‘coyotes’ abordan un bus con destino Urabá. Así sumaron otros 750 kilómetros a la travesía que termina en una segura deportación. “Ellos no tienen documentos que acrediten su estadía en Colombia. Logramos establecer sus nacionalidades por sus propias referencias. En busca de sus objetivos son objeto de redes que los extorsionan, que los estafan”, dice el coronel Raúl Riaño, comandante de la Policía de Urabá.
Según la estadística de Migración Colombia, entre enero y julio, fueron deportados 225 extranjeros detectados de manera irregular, de ellos, la mayoría en Urabá. Llama la atención para las autoridades, que del total 59 sean oriundos de Bangladesh y otros 51 de Cuba. En el caso cubano, esto se explica por las fuertes medidas de seguridad que el gobierno de Estados Unidos ha impuesto en La Florida. Parece ahora es más fácil hacer la travesía desde Ecuador. Sin embargo, de Asia y África se han multiplicado los casos en los últimos años. Solo en 2014 fueron descubiertos 42 inmigrantes ilegales de Nepal, 10 más de Somalia y por lo menos 20 de China, pero en la lista hay casos de Bután, Eritrea, Senegal, Sri Lanka y hasta de Guinea, Italia y Afganistán.
¿Cuánto pagan? “Los casos que hemos encontrado varían. Hay ciudadanos africanos que pagan más de 60.000 dólares y hacen tránsito de más de seis meses, hay también casos en los que les cobran a cubanos 5000 dólares por su paso desde la frontera con Ecuador hasta el Urabá y a Estados Unidos.
Venden cédulas de extranjería de 500 y 1000 dólares. Aquí hay un negocio, muchos de estos casos de tráfico irregular terminan en problemas de trata, a veces estas personas terminan esclavizadas pagando una deuda que nunca se paga realmente”, advierte Sergio Bueno, director de Migración Colombia.
Los inmigrantes son engañados con un fácil tránsito por Colombia. No les advierten que es precisamente en Urabá donde hay restricciones y vigilancia más fuerte que en el resto de Suramérica, donde más capturas se realizan y donde mayores riesgos pueden correr, no solo por las barreras naturales de una frontera agreste, sino porque precisamente Urabá es la puerta más estrecha en el paso a Centroamérka. “Nosotros hemos detectado en la frontera con Panajpá que migrantes se enfrentan a los riesgos naturales, atravesar el mar en canoa, quedan abandonados en alta mar. Adicionalmente pasan por la selva del Darién, donde es evidente el peligro de animales salvajes, de la selva, pero además se ha encontrado que son manipulados por organizaciones criminales que exigen el peaje transportando droga para ellos”, agrega el director de Migración Colombia.
Para muchos alcanzar el sueño americano es frustrante, pero a veces, reconocen las autoridades, lo mejor es ser capturados en Colombia, antes de enfrentarse al mar de Panami, la selva del Darién o los verdaderos ‘coyotes’ en México, dominados por los carteles del narcotráfico que optan por reclutarles, antecedentes hay.
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