Cuando el Matoneo escolar se vuelve Violencia.

Valeria de 16 años, no quiere volver a saber en su vida qué es estudiar con adolescentes de su misma edad. Una de sus compañeras, después de acosarla todo el año escolar, decidió destrozarle la cara con unas cuchillas, en un hecho que se presentó en un colegio de Belén, la comuna 16.

En otro caso, Juanita, de 8 años, sí decidió seguir estudiando, aunque su familia prefirió trasladarla de colegio para evitar daños mayores, luego de un incidente que tuvo con cuatro de sus compañeros en un colegio del Doce de octubre, la comuna 6; ellos la acosaron y la lesionaron. Estos dos casos reflejan cómo el fenómeno del matoneo puede llegar a instancias en la que Los menores ya no solo se ven vulnerados por los insultos sicológicos, sino por agresiones que los pueden marcar para toda la vida.

De hecho, el primer semestre de este aƱo se presentaron 88 denuncias por matoneo, que obligaron a la salida de 31 estudiantes de sus colegios y el segundo semestre del aƱo pasado se registraron 247 casos de abusos dentro de las escuelas.

¿A quĆ© se debe?

La composición y los cambios sociales son la base de los comportamientos de los estudiantes, tanto dentro
como a fuera de las aulas de clase, asegura Diego Castrillón, director técnico de la Prestación del Servicio Educativo de la Secretaría de Educación de Medellín.

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consejos y recomedaciones
“Estas situaciones se presentan cuando se dan modelos sociales que van alterando la conceptualización de los valores, principalmente en los barrios. Si un niƱo ve a un comerciante de drogas y eso es bien visto, Ć©l va a llevar esas actitudes. Lo mismo pasa en todos los casos”, comentó el funcionario

¿Y las intervenciones?

Para evitar que los casos como los de Valeria o Juanita lleguen a ser aún mÔs graves, la Secretaría de Educación de Medellín cuenta con un equipo de profesionales que se encargan de intervenir las instituciones educativas y que estÔn dispuestos a atender a los 325.000 menores que estudian en las instituciones públicas de la ciudad antes de que ocurran los hechos puntuales.

“Tenemos un equipo de 140 psicólogos y seis asesores por parte de la SecretarĆ­a de Educación, ademĆ”s de otros 74 psicólogos que nos provee la SecretarĆ­a de Salud. TambiĆ©n trabajamos de la mano con la PersonerĆ­a y con los directivos de los colegios para atacar este problema en todos los frentes”, aseguró el funcionario. Pero todo el trabajo que realizan las autoridades para prevenir casos de matoneo en cualquier modalidad continĆŗan, Valeria aĆŗn batalla con los recuerdos de aquella agresión que le dejaron 115 puntos en tres sectores de su rostro.

“Ella atacó a mi hija durante todo un aƱo por un celular que se le habĆ­a perdido, pero el dĆ­a antes de la situación, fue amenazada por Facebook, pero la niƱa no hizo caso”, explicó el papĆ” de Valeria. Al otro dĆ­a fue a clases, y ante la mirada de docentes y compaƱeros, esta adolecente fue atacada. “Ella quedó muy mal y la tuvimos que llevar a una clĆ­nica cercana, donde le hicieron todas las intervenciones”, indicó el familiar. Pese a los procedimientos quirĆŗrgicos y estĆ©ticos, un dictamen de Medicina Legal definió que las heridas eran de carĆ”cter permanente, por lo que serĆ­an difĆ­ciles de borrar con una cirugĆ­a. Ahora ella culmina su bachillerato bajo la modalidad del semi escolarizado, junto con personas mayores que ella. “No se deja de mirar al espejo y pese a que tiene unos rasgos muy bonitos, se siente fea. Sin embargo, estĆ” estudiando y es una de las mejores, pero asegura que no quisiera volver a compartir espacios con gente de su edad, tras ese ataque”, comentó.

Los nombres han sido Nombres cambiados por cuestiones legales.


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