Patrullero de la policía frustro el robo a los ocupantes del carro.
El comandante de la Policía Metropolitana, general José Ángel Mendoza, manifestó desde el sitio donde ocurrieron los hechos, que “estos sujetos, al parecer, interceptaron al taxi cuando se detuvo en el semáforo y con un arma intimidaron a los ocupantes, pidiéndoles sus teléfonos celulares”.
Luego de quitarles sus pertenencias, indicó el alto oficial, “emprendieron su huida, pero fueron vistos por un agente que estaba patrullando por la zona, quien escuchó los gritos de la gente asaltada, quienes dijeron nos robaron, nos robaron”! Por esta razón, inició una persecución que comenzó en la calle 10, cuando “los motociclistas se devolvieron en contravía y comenzó el cruce de disparos. El uniformado, que iba solo en una moto, aceleraba y disparaba”, explicó Mendoza.
Al llegar a la calle 2, abajo de un puente peatonal, el parrillero de la motocicleta cayó al suelo como consecuencia de uno de los impactos, falleciendo instantáneamente. El conductor de la moto huyó del sitio, llevándose el botín, puesto que “él le echó algo en la parte trasera al conductor de la moto antes de caerse”, explicó Mendoza, quien agregó que “al parecer estaba herido, por lo cual se iniciaron las búsquedas en centros asistenciales y en las zonas aledañas”.
La identidad del occiso no pudo ser establecida por los agentes de la Sijín, puesto que no portaba documentos En el instante de su muerte. Solo se pudo establecer que es un joven que tendría entre los 20 y los 25 años.
Cabe recordar que a la hora que se produjeron los hechos no rige la restricción del parrillero hombre, que tiene vigencia entre las 8:00 de la mañana y las 12:00 de la noche en toda la ciudad de Medellín.
RACHA TERMINÓ EN 30 HORAS
Una nueva racha sin muertes violentas se registró entre las 3:04 p.m. del jueves y las 9:21 de la noche del viernes, cuando fue abaleado Héctor Marcelino Arlas Ocampo, de 48 años, en la carrera 47 con la calle 68 del barrio Aranjuez. En la madrugada de ayer, a la altura de la estación Madera, de Bello, un habitante de calle, que no fue identificado, fue golpeado y posteriormente lanzado al río Medellín. Sus atacantes huyeron.
